Partido del Pueblo

Medalla "Martha Matamoros a Eneida Romero de Changmarín

Conocí a Eneida por los años 70, en momentos en que reabría la Universidad, se daban golpes y contragolpes en los cuarteles, se reprimía a las y los revolucionarios y se agudizaba la pobreza en el país. Destacaba en ella la profundidad y resonancia de su voz, impensable si sólo observáramos su estatura o peso, acompañada por una personalidad arrolladora, desbordante de entusiasmo y movimiento permanente. En efecto, ella era "...la negra linda que tenía los ojos verdes, y la boca colorada y la candela por dentro..." como la retrató su amado Chico. Siempre llena de entusiasmo cuando se avecinaba la Campaña Nacional de Finanzas sentada junto a Marta Matamoros, la divina y eterna cómplice en los afanes libertarios del suelo patrio mediante la recuperación del territorio ocupado por los zonians; la identidad nacional y la inequidad de la riqueza concentrada en pocas manos, a lo que se sumaban los esfuerzos por dotar de los recursos necesarios para su funcionamiento al legendario y revolucionario Partido del Pueblo. Esa era su tarea, en momentos en que su vida se había vuelto de cabeza por el cerco y persecuci&0acuten a que estaba sometida su familia, por parte de los militares. No obstante, su disposición proactiva para hacer frente a las tareas demandadas por su colectivo político, la empinaba por encima de sus preocupaciones y como siempre, hacia propuestas y contribuía a dar las respuestas.

Eneida, una mujer ilustrada nació justo el año (1923) en que Clara González, junto a destacadas maestras como Sara Sotillo, las hermanas Rubiano, Otilia Arosemena, María Olimpia de Obaldía, Felicia Santizo, Gumercinda Páez y otras, constituían el glorioso Partido Nacional Feminista, baluarte de las luchas por el derecho ciudadano de las mujeres a votar, a elegir y ser elegidas. Su juventud se madura también, en el marco de la segunda guerra mundial, con la que se polarizan las fuerzas política-económicas-militares del mundo y las ideologías que las sustentan, hechos que también llegaban hasta El Manguito, en Santiago. Su educaciín formal en la Normal de Santiago paralelo a las luchas sufragistas de las panameñas organizadas primero en el Partido Nacional Feminista y luego en la Unión Nacional de Mujeres, forjaron en la joven Eneida, un fuerte espíritu crítico y combativo por la lucha de las mujeres, matizado con el ejemplo de sus docentes y cimentado en la relación profunda con su compañero de aventuras: Carlos Francisco Changmarín.

Su vida de pareja, repleta de memorables hitos y retazos felices, salpicados con momentos de angustia, tallaron la templanza de Eneida Romero de Chagmarín, el coraje y el amor incondicional a la vida, lo que le permitió insuflar las pequeñas chispas que lograron prender un fuego nutridor donde se alimentaron, de su polifacética vida, todos y todas, en su parentela. En este siglo de la informática y la cibernética, no hay una máquina tan compleja que pueda generar la burbujeante energía, iniciativa, creatividad, acción y resonancia que desprende Eneida, con las cuales contagiaa todos sus allegados, a no tan cercanos y hasta a extraños, por el fervor que pone en sus causas militantes: ya sea la lucha patriótica, la organización de colectivos del campesinado, los comités femeninos o la recolección de fondos, para Eneida, no existe esfuerzo pequeños. Chico en la cárcel, en el exilio o huido por esos montes de Los Leones, el Tute o El Carrizal, siempre pudo contar con Eneida, saber de su prole, de sus luchas del Partido, de su pueblo, de allí las sentidas estrofas que dedica a Eneida, desde la Cárcel Modelo en 1953: SI ME LLEGA ALGO DE TI.

Eneida fue la peña que sorteó los avatares de la persecución policiaca y los cuartelazos, los desmanes de los latifundistas y su permanente asedio por echarlos de sus tierras junto a otros campesinos y campesinas, mantuvo unida a su familia y acompañó impenitentemente a su compañero. La "sanción" patriarcal recibida, por esta transgresión, no aceptada por el gobierno de turno fue el despido de su desempeño como maestra, su destierro del mercado laboral remunerado y su sometimiento a los quehaceres domésticos "normales" en las mujeres, confinada a las labores de reproducción y cuidado en el espacio doméstico, no remunerado, tal como lo ha signado la división sexual del trabajo.

Pero una vez más, Eneida contestatariamente, encuentra una salida que le permite romper el molde imperante de mujer sumisa y enfrenta los embates del contexto, del mercado de trabajo y de la sociedad provincial al enfrentarse con actitud de resistencia al orden imperante para sostener la economía familiar con esas labores domésticas, aprendidas en su socialización: vende tamales, bollos, frutas, cose para la calle y cuida enfermos, tareas que cotidianamente realizan millones de mujeres en el mundo, sin recibir a cambio ni reconocimiento, ni paga. .

Es esta economía doméstica la que hoy evidencia en páginas interminables de consultorías y estudios, que sin el aporte de las mujeres, el desarrollo no sería posible, ni la sobrevivencia de la especie humana, o su evolución como ser social útil. A lo que se adiciona el casi inexistente tiempo libre, del que se pueda gozar, lo cual es corroborado por la Encuesta del Uso del Tiempo Libre aplicada en Panamá en el 2011, que concluye: "...El tiempo empleado en el trabajo doméstico no remunerado, afecta las oportunidades de las personas, para dedicarle tiempo al trabajo remunerado, a la formación y superación personal, al esparcimiento, al descanso y la atención personal." Fue esa respuesta de Eneida, de reto constante al patriarcado la que hizo posible la vida de Chico en las buenas y en las malas, la que impulsó el despliegue de su inspiración y la versatilidad de sus obras y creaciones, la organización de la logística y fineza de sus exaltadas presentaciones, la que inició la luminiscencia de su legado y bagaje, no solo para su familia, sino para la humanidad, obra que acrecientan sus hijas, hijo y demás descendientes.

Como mujer nacida en el primer cuarto del siglo XX, Eneida vota en las primeras elecciones donde las mujeres pueden ejercer tal derecho, no hay duda que esto la coloca en otra dimensión, con capacidad de reconocer el potencial de las mujeres y la subordinación a la que es sometida, en todos los órdenes de la vida, por lo que ve necesario luchar para cambiar las relaciones desiguales e inequitativas entre hombres y mujeres pues afectan su condición y posición. Prueba fehaciente de esta conciencia lo es, primero el esfuerzo fallido de organizar todas las mujeres que luchaban por la integridad territorial bajo una sola bandera, cuando se conformó FENAMUDE, alianza que no se concretó por distintas posiciones relacionadas con la forma y el fondo en la conducción de este colectivo.

Como mujer de propuestas Eneida, con su compañera de siempre Marta Matamoros y muchas más, que hay que recuperar de la historia, procedente de la ciudad y del campo, campesinas, sindicalistas, profesionales, de los barrios y "amas de casa", emprenden la creación de la UNAMUP (Unión Nacional de Mujeres Panameñas) desde donde se organizan decenas de comités femeninos en las provincias, destacándose Eneida en la concreción de más de diez comités femeninos en Veraguas y en otras provincias. Estas organizaciones aparecen, según la caracterización que hace Urania Ungo, sobre las grandes fases de las organizaciones de mujeres como alternativa feminista en Panamá, en la "cuarta fase" de este momento histórico a "...raíz del proceso de cambios generado por el Golpe de Estado de 1968..." se profundiza la actividad de los frentes femeninos de izquierda, aumenta el número de organizaciones femeninas barriales, y en general, el período se caracteriza por la movilización masiva de mujeres en relación a los tratados con EE.UU.

La presencia y apoyo, aún en la distancia, de Eneida en muchas de estas instalaciones de comités barriales y comunitarios era infaltable, prueba de ello fue su acercamiento a la instalación del Comité Femenino de El Chorrillo (COFECH), primer comité creado por UNAMUP, que se convirtió en vivero de activistas reconocidas nacional e internacionalmente, empoderadas y continuadoras de la sabia de sus maestras; mujeres históricas como Carmen Flores, su primera presidenta y su hija Silka, las hermanas Peart: Sandra y Mireya, las hermanas Díaz: Dixia, Danaris y Delsa, las hermanas Terán: Leyda y Aleyda, Noris Torres, Dora Torrero, la Sra. Romualda y su hija Lorenza, Marcelina Quirós, Leocricia Murillo y muchas otras que se dedicaron a escribir en el periódico El Chorrillero sobre la situación y aporte femenino en el barrio, o a re-organizar el Comité de Salud, organizar las Semanas Culturales de El Chorrillo y sus aniversarios, o las ferias, los paseos de vacaciones, los estudios académicos y tantas actividades que hermanaron el quehacer de mujeres que siempre se habían visto, desde sus balcones, pero en el COFECH encontraron un espacio de reivindicación y sororidad como mujeres con capacidad de proponer y transformar, visibilizándose ellas y a otras ocupado espacios, tradicionalmente vedados para ellas.

En "Mujeres que Cambiaron Nuestra Historia", Ángela Alvarado y Yolanda Marco, al referirse a Marta Matamoros señalan que: "Si por feminismo entendemos la doctrina que preconiza la extensión de los derechos y del papel de la mujer en la sociedad, Marta Matamoros... debe ser considerada como una feminista que no se asume así misma como tal", debemos entonces reconocer y exaltar la figura de Eneida Romero de Changmarín, como una destacada feminista cuyos procesos de vida y su firme identidad nacionalista, la empoderaron para sobrellevar las rupturas con el orden social establecido y superarlas, sin marginarse, moviéndose en una coreografía que conjuntó maestría, conciencia y valentía, permitiéndole emerger de mil y un episodios que fueron cimentando su legado generacional, pletórico de mujeres exitosas, empoderadas, constructoras de nuevas dimensiones de derechos solidarios para sus hijas, nietas, bisnietas y de hombres que niegan el machismo como el "paradigma normal", ya que hoy la situación de las mujeres exige cambios como sujetas racionales, iguales en derecho y oportunidades. Las redes, vínculos y complicidades que ha tejido Eneida con su prole, con las mujeres del movimiento, con su organización, con su pareja y compañeros de lucha, son incuestionable evidencia que visibilizan los aportes invaluables que ha brindado Eneida Romero de Changmarín a la sociedad paname&ntldea, sumándose a todo ello, el ser referente para las nuevas generaciones de niñas y jóvenes que cuentan con un ejemplo vivo del poder femenino en acción: haciendo propuestas y dando respuestas. Eneida constata que: "Ser mujer es fascinante, constituye una aventura que requiere considerable valentía, un desafío que nunca llega a aburrir", tal como lo señaló la periodista y escritora italiana Oriana Fallaci.

Gracias Eneida por inspirar mi vida, la de muchas mujeres y probablemente la de muchos hombres. Tu amiga y compañera de siempre Luz Aleyda Terán B., Feminista, Docente de la Escuela de Trabajo Social, Activista por la Defensa de los Derechos de las Humanas. Céd. 8-204-1911